Vaya semanita me han dado los de la biblioteca Jaume Fuster. Como no tenía yo nada que hacer, se han dedicado a traer a mis escritores favoritos. Primero Haruki Murakami y después, Hanif Kureishi. Ahí es nada. Encima con Kureishi charlaba Eduardo Mendoza, ¿alguien da más? Bueno, charlar lo que se dice charlar, no charló mucho con él. Más bien se dedicó a medio ignorarle (ni siquiera le miraba) hasta que decidió unilateralmente dar la palabra a los lectores, con los que también se comportó como "l'enfant terrible" de las letras británicas que es (aunque luego, firmando libros, estuvo encantador y sonriente, algo insólito en él).
En la introducción previa a la charla, Mendoza dio en el clavo con una descripción de la última novela de Kureishi (Something to tell you) que podría aplicarse a toda su obra. Comentó que no era una historia de aventuras extraordinarias, conspiraciones ni sectas; sino que transcurría en terrenos conocidos y le pasaba a personas normales ("tan normales como pueden ser las personas", recalcó Mendoza con su ironía habitual), y que mantenía el interés porque tenía interés. Algo que parecería sencillo, pero tiene su mérito. También comentó que no había una sola frase banal en toda la novela. Así es Kureishi; siempre tira con bala. A continuación, Kureishi se definió como un novelista del siglo XIX a quien le gusta la cotidianeidad (en el vídeo incluido más abajo comenta que su barrio de Londres le parece el lugar más interesante del mundo y que cuando sale a hacer sus compras vuelve a casa con el convencimiento de que ha hecho la investigación necesaria para escribir), y que retrata su país en los tiempos que le han tocado vivir.
Kureishi no paró de citar a Beckett (de quien seguramente le atrae su melancolía) y a Freud (fruto, sin duda, de su interés por el psicoanálisis, primero como paciente y ahora, en su novela, como personaje), y de lanzar las frases provocativas que tanto le gustan ("I love English stupidity", "There is nothing more revealing than a lie"). Respecto a la comparación, obvia, con The Buddha of Suburbia, Kureishi dijo que esta última novela era más amarga porque los protagonistas ya habían pasado por el trago de ser adultos (se entiende que el autor también), y que entre uno y otro libro la sociedad británica había cambiado para siempre (para volverse multicultural). Tuvo palabras duras para el país de su padre, Pakistán, del que dijo que probablemente había nacido maldito, al crearse como un país para musulmanes, algo en lo que no podía basarse una democracia. Y respondió, con más paciencia de la esperable en él, a las preguntas habituales sobre su "integración" en Inglaterra. En el vídeo se queja de que en una reciente visita a Alemania le han hecho esas mismas preguntas; como si no fuera concebible que él sea inglés.
En la introducción previa a la charla, Mendoza dio en el clavo con una descripción de la última novela de Kureishi (Something to tell you) que podría aplicarse a toda su obra. Comentó que no era una historia de aventuras extraordinarias, conspiraciones ni sectas; sino que transcurría en terrenos conocidos y le pasaba a personas normales ("tan normales como pueden ser las personas", recalcó Mendoza con su ironía habitual), y que mantenía el interés porque tenía interés. Algo que parecería sencillo, pero tiene su mérito. También comentó que no había una sola frase banal en toda la novela. Así es Kureishi; siempre tira con bala. A continuación, Kureishi se definió como un novelista del siglo XIX a quien le gusta la cotidianeidad (en el vídeo incluido más abajo comenta que su barrio de Londres le parece el lugar más interesante del mundo y que cuando sale a hacer sus compras vuelve a casa con el convencimiento de que ha hecho la investigación necesaria para escribir), y que retrata su país en los tiempos que le han tocado vivir.
Kureishi no paró de citar a Beckett (de quien seguramente le atrae su melancolía) y a Freud (fruto, sin duda, de su interés por el psicoanálisis, primero como paciente y ahora, en su novela, como personaje), y de lanzar las frases provocativas que tanto le gustan ("I love English stupidity", "There is nothing more revealing than a lie"). Respecto a la comparación, obvia, con The Buddha of Suburbia, Kureishi dijo que esta última novela era más amarga porque los protagonistas ya habían pasado por el trago de ser adultos (se entiende que el autor también), y que entre uno y otro libro la sociedad británica había cambiado para siempre (para volverse multicultural). Tuvo palabras duras para el país de su padre, Pakistán, del que dijo que probablemente había nacido maldito, al crearse como un país para musulmanes, algo en lo que no podía basarse una democracia. Y respondió, con más paciencia de la esperable en él, a las preguntas habituales sobre su "integración" en Inglaterra. En el vídeo se queja de que en una reciente visita a Alemania le han hecho esas mismas preguntas; como si no fuera concebible que él sea inglés.
Otras entradas sobre Kureishi en este blog aquí, aquí, aquí y aquí. Vamos, que no en vano se llama este blog igual que una de sus colecciones de relatos.
Entrevista con Hanif Kureishi (2008) sobre su último libro.
1 comentario:
Está bien Kureishi.
Me sé de una a la que le alegraron la semana, los de la J. Fuster... Entre Murakamis y Kureishis, qué más se puede pedir!
A mi me gustaron sobre todo 'Stg to tell you' y 'Buddha of suburbia'. Más el último que ha publicado; a pesar de que teóricamente el del buda estaría más en mi línea... aunque tambien supongo que, como con sus personajes, por mi tambien ha pasado el tiempo :-)
Gran tipo este Kureishi, y que una ciudad como Barcelona lo haya traido para una entrevista de este tipo (una entrevista casi íntima) no es algo que se vea todos los días en cualquier ciudad.
Kisses :-)
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