lunes, 22 de febrero de 2010

Greta y los espías

Se me perdonará la bromita del título; pero es que el sábado fuimos a ver el documental Garbo, el hombre que salvó el mundo con unos amigos y el encargado de sacar las entradas las pidió para "Greta y los espías" (y no intentaba hacerse el gracioso, que es lo mejor). No he podido evitar dejar reflejada aquí la anécdota. Ya nos había llamado la atención el tráiler (más redondo que el documental en sí, se puede ver aquí) y tras recibir el Goya a la mejor película documental, pues para allá que nos fuimos. Se trata del primer largometraje como director de Edmon Roch (con experiencia previa como productor, también lo es de este documental, y también participa en el guión). Y había recibido el premio a la Mejor Película Documental Europea 2009 (Festival Cine Europeo).
El título hace referencia al nombre que le dio la prensa inglesa a Juan Pujol García, un agente doble español durante la segunda guerra mundial, por su hazaña: convenció a los nazis de que el desembarco sería por el paso de Calais y no en las playas de Normandía. Juan Pujol tuvo una vida ciertamente de película; parece mentira que consiguiera tanto con solo fantasía e imaginación (igual lo que les faltaba a los nazis, a quienes parece que no se les ocurrió que alguien pudiera atreverse a tomarles el pelo de tal manera). Hemos de pensar que era alguien que al principio no contaba con medios, que no hablaba inglés ni alemán... A este personaje tan extraordinario ya se le habían dedicado reportajes hace veinte años (con mi memoria, no lo recordaba en absoluto), cuando Nigel West descubrió que no estaba muerto. Por cierto, que West es también un personaje muy interesante; se trata del historiador y político conservador Rupert Allason, quien escribe libros sobre espionaje con ese seudónimo y quien expuso en su día los contratos multimillonarios de tráfico de armas del poderoso empresario mediático Robert Maxwell. Esta es una de las muchas cosas que no se explican bien en esta película, por ejemplo (o muy espesa estaba yo el sábado). No queda clara la secuencia temporal (cuándo se pone a buscarle West, por qué piensa que no está muerto, cuándo se entera la familia española de que está vivo) ni la relevancia de los entrevistados. No se nos dice, por ejemplo, que el periodista Xavier Vinader es autor de una serie de reportajes sobre Pujol (lo tenemos que suponer nosotros o igual teníamos que haber hecho nuestros deberes antes de ir al cine) y que ayudó a Juan Pujol durante meses a recordar todos los detalles que habían permanecido en secreto durante cuatro décadas. De hecho, en nuestro "cine-fórum" particular tras el visionado de la peli, tuvimos la suerte de contar con una persona que había escuchado un programa en la radio con ocasión de los Goya y sabía muchas más cosas de las que cuenta la película. Ya me imagino que con un personaje así, no debió ser fácil reducir todo el material a un metraje razonable. Pero, a pesar de todo, creo que podría haberse hecho mejor.
De entrada, yo hubiera eliminado a dos entrevistados que no aportan absolutamente nada (en mi opinión). Aline Griffith (que por mucho que fuera espía durante la guerra no cuenta nada de interés) y el psiquiatra Stan Vrancx, que, francamente, no pinta nada (por más que nos hagamos una idea de que Juan Pujol debió ser, por fuerza, una persona con una psique bien curiosa). El equipo del documental investigó el personaje y los acontecimientos durante cinco años, visitando varios países (lo cual debería haber dado más de sí) y grabaron 600 horas de entrevistas. Los extractos de estas se mezclan con noticiarios, viñetas, películas, anuncios y propaganda, tanto del bando aliado como del nazi. Lo interesante de las películas es que todas están vinculadas a Garbo (esto igual era difícil de explicar, pero no nos enteramos); Patton, El día más largo, Nuestro hombre en La Habana (se cree que Graham Greene se inspiró en Pujol para el personaje de Jim Wormold), o la película de Greta Garbo Mata Hari, entre otras. Un dato que no nos cuentan (o yo no me enteré), es que Juan Pujol trabajó en Venezuela como profesor de inglés (al final, tanto espiar, aprendió el idioma, por lo visto) nada menos que para la Shell. Toda una mancha en su currículo, me temo. Qué irónico que alguien como él acabase a sueldo de una multinacional de tan dudosa ética. Pero, después de todo, eso es un solo una anécdota en la vida del agente doble perfecto, en palabras de Roch: alguien que participó en dos guerras, que trabajó para dos bandos, que tuvo dos vidas y dos familias, y que incluso murió dos veces.

Página web del documental aquí.

4 comentarios:

Jaims dijo...

Bueno, pero la vendedora de entradas me entendió a la primera... Seguro que no fuí el único.
Aparte de eso, me parece que la historia que cuenta el documental es muy interesante, y el documental en sí lo es mucho menos. La historia, como digo -o decimos- es la mar de interesante, y -como decimos también- el resultado hubiera sido bueno con cualquier planteamiento de llevarla al cine.
Por demás, reconocer que todo lo que huela a Goya y a industria cinematográfica española me provoca rechazo, con lo cual admito que entré en cierto modo condicionado.
Lo que no me impidió disfrutar de una buena historia.

MidnightAllDay dijo...

Yo creo que sí que fuiste el único, Jaims... ;)

caro dijo...

Yo también lo creo!
Cuanto más sé de este documental, peor me parece. Rigor, bien poco. Mi pregunta es, ya puestos, por qué no han hecho una película.

MidnightAllDay dijo...

Porque una película es más cara, quizá, no sé.