martes, 2 de junio de 2009

Un siglo, una vida, decepcionantes

The Blind Assassin (El asesino ciego, 2000) es una muy premiada novela (ganó el Booker en el 2000 y el Hammett en el 2001, quedando candidata a muchos otros premios, entre los que destaca el Orange Prize for Fiction) de una autora, Margaret Atwood, a la que solo le falta ganar el Nobel. La revista "Time" la nombró la mejor novela del año y una de las "100 mejores novelas en inglés desde 1923" (estas listas, cada vez las hacen más enrevesadas). En 2008, la novelista canadiense ganaba el Premio Príncipe de Asturias, venciendo a Gabriel García Márquez, Jorge Semprún y Andrés Trapiello, Eduardo Galeano, Haruki Murakami, Alí Ahmad Said, Adonis, Ko Un, Antonio Tabucchi y Richard Ford. Ahí es nada. Todo ello tendría un gran mérito si Atwood, considerada la gran dama de las letras canadienses y una de las grandes poetas del siglo XX, se dedicara solo a escribir (que sería lo esperable, dado que se trata de una autora muy prolífica). Pero no; como delataba su donación del Príncipe de Asturias a causas ambientales (hizo lo mismo con el importe del Booker), Atwood es también una activista comprometida que colabora intensamente con varias organizaciones (Amnistía Internacional entre ellas), ha sido profesora en varias universidades y presidenta del Pen Club International; además de escribir guiones para televisión y crítica literaria. Para mí que no duerme.
Se la suele describir como feminista no solo por su militancia, sino porque uno de los temas de su obra es el denominado género. De hecho, debutó con The Edible Woman (1969) sobre la marginación de la mujer. Ese fue el primer libro suyo que leí; le siguieron The Robber Bride (1993) y Alias Grace(1996), y quizá sea este último el que más me haya gustado. La verdad es que d
esde The Blind... no he vuelto a leer nada suyo; algo que habría que solucionar.
The Blind Assassin es un libro que despista de entrada, con su mezcla de géneros y registros. Pero cuando nos adentramos en la historia, esta ficción a diversos niveles nos convence por su solidez. Como el siglo XX, la vida de Iris Chase va perdiendo fuelle hasta llegar al momento en el que la conocemos, sola y con pocos recursos, esperando la muerte; aunque con una considerable lucidez (lo que se suele llamar, coloquialmente, mala leche). Iris es una narradora incisiva y dada a los detalles, todo lo cual se agradece. Gracias a ella conocemos las miserias de la historia de un siglo y de una vida que prometían más de lo que acabaron siendo. Pero Atwood es sutil, aquí no hay brocha gorda, ni grandes denuncias sociales (aunque la parte de ciencia-ficción pudiera hacerlo pensar, pero se trata más de un juego, de una argucia para dar a conocer a sus personajes). Todo se intuye, se deduce; el lector llega a sus conclusiones, aunque no a juicios claros, porque los personajes están creados con grandes dosis de psicología y no es fácil condenar ni salvar a nadie. Se trata de una novela escrita con una fina ironía, en la que todo encaja sirviéndose de una original estructura y del rico estilo de una narradora que no puede ocultar su condición de poeta.

Extracto en castellano aquí.
Traducción al castellano, en Ediciones B (tapa blanda) y Zeta Bolsillo (tapa blanda de bolsillo), y en catalán, en Proa (tapa blanda).
Los Novelantes comentan esta novela el próximo 9 de junio.

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