sábado, 7 de junio de 2008

Noche en Tokio

Cuando se llega a la docena de títulos se corre el riesgo de encasillarse uno mismo o de que le encasillen los críticos. No sé si esa fue la razón de que Haruki Murakami decidiera experimentar un poco con la novela After Dark (sin publicar aún en español, creo), dirigiendo nuestra mirada de una forma más evidente, menos sutil, que en las anteriores. Ese artificio (que no desvelo para no estropear lecturas ajenas) le resta, en mi opinión, algo de la habitual capacidad de seducción de este escritor. Personalmente, no he entendido nada del tema de la televisión en la habitación de Eri (qué obsesión tiene este hombre con los monitores de televisión, tampoco he entendido el relato de The Elephant Vanishes que va de televisores de una conocida marca japonesa).
La "acción" (por llamarle de alguna manera) de After Dark transcurre a lo largo de siete horas de una noche en Tokio (ciudad de insomnes, si se juzga por la cantidad de establecimientos abiertos las 24 h) e intercala tres historias con algún vínculo entre ellas. Tokio es tan protagonista (con sus "love hotels" y sus bares a la americana) como cualquier personaje. Y de nuevo nos encontramos la soledad, el sentimiento de ser diferente a los demás...
Aunque por temática (jóvenes enigmáticas que desconciertan a chicos un tanto perdidos pero majetes)
After Dark nos recordaría a novelas como South of the Border, West of the Sun (Al sur de la frontera, al oeste del sol) o Norwegian Wood (Tokio Blues en español), creo que se parece más a algunos de sus relatos, a un relato largo, para ser más exactos. Y los relatos de Murakami se quedan lejos de sus fascinantes novelas. De hecho, si se leen sus colecciones de ficción, se aprecia que sus novelas son desarrollos de sus mejores ideas; por lo que no puedo evitar ver muchos de esos relatos como novelas fallidas, meros intentos, aunque me gusten algunos de ellos (sobre todo los de Blind Willow, Sleeping Woman /Sauce ciego, mujer dormida). Los de The Elephant Vanishes me han decepcionado bastante; no sé si influyó el hecho de que los de Blind Willow... los leí en Tokio y estaba yo más "ambientada", pero creo que de todas formas están más logrados.
Pero, como en el caso de algunos relatos, aunque el libro no me acabe de convencer, sigue valiendo la pena leer a Murakami: para matar el gusanillo de la adicción y por las atmósferas tan envolventes que crea.

3 comentarios:

Jaims dijo...

Arrumakis es mucho Arrumakis.

Y lo malo de libros como 'Tokyo Blues' o 'The Winding Bird...' es que te malacostumbran a lo bueno y entonces, claro, todo te sabe a poco.

Siendo de agradecer que no desveles artificios por adelantado, yo me voy a conceder unas 'vacaciones' de Murakami; dejaré pasar algún tiempo antes de leer lo que me falta, incluso de releer algo de lo que ya he leido.

Graaaan Murakami.

Jaims dijo...

'After having read tha book'
Un gran pequeño libro.
Es sorprendente la capacidad de este hombre para hacer grandes libros con tan poca cosa.
Evidentemente, este libro queda muy lejos de la onda de los grandes libros de Murakami con (gran) dosis de fantasía -The windup bird chronicles, A wild sheep chase...- y al mismo tiempo tampoco pertenece a la categoría de sus novelas con menos ficción -Tokyo blues-.
Pero aún así, este libro me ha gustado mucho. Con tan poca cosa. Un puñado de personajes que nos cuentan sus pequeñas tribulaciones durante un puñado de small hours y la madrugada.
No hace falta más para sentirnos involucrados en las vidas de esos personajes.
Quizá ésta sea la esencia del libro para mi: con tan poca cosa se puede hacer tanto, sin ser un Shakespeare (ni falta que hace).
Arrumakis es mucho Arrumakis!

MidnightAllDay dijo...

gracias por volver a la entrada después de leer el libro, jaims. Creo que te ha gustado más que a mí.