Yo soy más fan de sus novelas que de sus relatos (un tanto decepcionantes por comparación) o ensayos; pero como, lamentablemente, solo me queda una novela por leer (After Dark), pues voy explorando el resto de su obra. Lo que más siento es haberme leído ya Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, donde quizá se lleve más al extremo la mezcla de realidad y fantasía que caracteriza la obra de Murakami. Crónica del pájaro... es, para los lectores "rendidos y encantados" (en definición de Rodrigo Fresán) como yo, un libro que te hace dar gracias por tener tan poca memoria. No hay mal que por bien no venga; pronto podré volver a leerlo y disfrutarlo como si fuera la primera vez (o casi).
Fresán formula brillantemente la distinción intuitiva que los lectores de Murakami hacemos entre sus novelas. En una crítica en Babelia, habla de "los bosques de senderos claramente trazados por la fuerza avasalladora de amores correspondidos o no" (como Norwegian Wood o Al sur de la frontera, al oeste del Sol) y "los bosques impredecibles y salvajes en los que hay que abrirse paso a golpe de machete, sin ayuda de brújula alguna, y en los que puede suceder cualquier cosa" (como La caza del carnero salvaje o Dance Dance Dance). A esta última categoría pertenecería la Crónica..., así como la sorprendente y altamente desconcertante (que en una obra de Murakami ya es rizar el rizo) Hard-boiled Wonderland and the End of the World, que es prácticamente una novela de ciencia-ficción. Para Fresán, Kafka en la orilla sería "lo mejor de ambos modelos". La definición que hace de esa novela (que es la primera que leí de Murakami, la que me atrapó) puede aplicarse, en mi opinión, a cualquier obra de este escritor japonés (con la posible / hipotética excepción de la de las "correrías"): "un libro extraño -un mundo nuevo- que divierte, emociona, da miedo, hace reír, intriga y, por último pero no en último lugar, desconcierta. No se le puede pedir más a una novela."
Lo dicho.
Fresán formula brillantemente la distinción intuitiva que los lectores de Murakami hacemos entre sus novelas. En una crítica en Babelia, habla de "los bosques de senderos claramente trazados por la fuerza avasalladora de amores correspondidos o no" (como Norwegian Wood o Al sur de la frontera, al oeste del Sol) y "los bosques impredecibles y salvajes en los que hay que abrirse paso a golpe de machete, sin ayuda de brújula alguna, y en los que puede suceder cualquier cosa" (como La caza del carnero salvaje o Dance Dance Dance). A esta última categoría pertenecería la Crónica..., así como la sorprendente y altamente desconcertante (que en una obra de Murakami ya es rizar el rizo) Hard-boiled Wonderland and the End of the World, que es prácticamente una novela de ciencia-ficción. Para Fresán, Kafka en la orilla sería "lo mejor de ambos modelos". La definición que hace de esa novela (que es la primera que leí de Murakami, la que me atrapó) puede aplicarse, en mi opinión, a cualquier obra de este escritor japonés (con la posible / hipotética excepción de la de las "correrías"): "un libro extraño -un mundo nuevo- que divierte, emociona, da miedo, hace reír, intriga y, por último pero no en último lugar, desconcierta. No se le puede pedir más a una novela."
Lo dicho.
"Juguemos en el bosque", crítica de Rodrigo Fresán de Sauce ciego, mujer dormida en Babelia.
Página web de Murakami en español (a cargo de Tusquets).
No hay comentarios:
Publicar un comentario