Hay excesos y excesos. Si los comete Salman Rushdie (por mentar al hombre que no quede), no seré yo quien proteste. Pero A Fraction of the Whole (2008), de Steve Toltz, se desborda por falta de contención. Y ahí radica la diferencia con otros escritores que también se caracterizan por una fértil imaginación y una pluma aparentemente sin freno: hay que saber por dónde se tensa la trama para que no se descontrole. Toltz se embarca en un proyecto increíblemente ambicioso que le va un pelín grande a pesar de su estilo incisivo y tremendamente ocurrente. Esas son, sin duda, un par de buenas referencias para un escritor; pero no se pueden basar 700 páginas en esas cualidades sin llegar más allá. Dicho esto, me leí la novela sin remolonear lo más mínimo, y hay que decir que no es tan fácil enganchar al público durante tantas páginas y con una historia tan disparatada (aunque parte de mi interés se basaba en pura curiosidad por ver cómo se salía de esta).
Como puntos fuertes, destaca el personaje de Martin Dean (los aficionados a la filosofía pasarán un buen rato con sus citas y reflexiones), el manual para delincuentes, el sarcasmo del autor... Lamentablemente, como consecuencia del poco control que ejerce Toltz sobre una primera novela que abarca tres generaciones y tres continentes (por no hablar de los incontables sucesos de todo tipo que la pueblan, difícilmente se puede ser más ambicioso que este hombre), el final resulta ser muy flojo. Se podía haber ahorrado decenas de páginas y hubiera salido mejor parado. Así hubiera tenido más tiempo para dedicarle a algunos personajes, como el de Anouk, que de repente se torna una "sex symbol" sin que sepamos cómo ha sido.
Y como comentario final y un tanto malintencionado, observo que a los señores del Booker les van los escritores debutantes de corte "listillo" (esta novela quedó finalista en la edición de 2008, que ganó The White Tiger). Como dije en su momento acerca del ganador; habrá que ver por dónde sigue Toltz.
Como puntos fuertes, destaca el personaje de Martin Dean (los aficionados a la filosofía pasarán un buen rato con sus citas y reflexiones), el manual para delincuentes, el sarcasmo del autor... Lamentablemente, como consecuencia del poco control que ejerce Toltz sobre una primera novela que abarca tres generaciones y tres continentes (por no hablar de los incontables sucesos de todo tipo que la pueblan, difícilmente se puede ser más ambicioso que este hombre), el final resulta ser muy flojo. Se podía haber ahorrado decenas de páginas y hubiera salido mejor parado. Así hubiera tenido más tiempo para dedicarle a algunos personajes, como el de Anouk, que de repente se torna una "sex symbol" sin que sepamos cómo ha sido.
Y como comentario final y un tanto malintencionado, observo que a los señores del Booker les van los escritores debutantes de corte "listillo" (esta novela quedó finalista en la edición de 2008, que ganó The White Tiger). Como dije en su momento acerca del ganador; habrá que ver por dónde sigue Toltz.
Página web de la novela en inglés (con extractos) aquí.
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