sábado, 1 de noviembre de 2008

Quemar después de ver

Seguramente esto sea lo que más me ha gustado de la nueva película de los Coen: un cartel prometedor, lleno de nombres conocidos, con la frase "Intelligence is relative". Vale, la peli va de tontos y nos lo advierten de entrada. Lo que pasa es que aunque los protagonistas sean una panda de cretinos, hay que hacerlos creíbles (digo yo, es mi humilde opinión). Y se ve que los Cohen no estaban por currárselo mucho; porque los únicos que llegan a tener un cierto "cuerpo" son los personajes de John Malkovich y Frances McDormand; aunque ninguno de los dos tiene que esforzarse demasiado para interpretarlos. Pero, ¿los demás? Están totalmente desdibujados, ni siquiera perfilados. ¿De qué va el personaje de Clooney? Como no lo saben los propios directores, pues Clooney tampoco; y el hombre hace lo que puede. Y lo de Brad Pitt tiene delito. Si pretendía hacer una gamberrada le ha salido un mamarracho.
Vamos, nada que ver con mis pelis favoritas de los Coen:
O brother, El gran Lebowski y Barton Fink, por más que la crítica la haya querido comparar con las dos primeras. Todo lo que aquellas tenían de ingeniosas esta lo tiene de burda. Para mí, los Coen han sido siempre sinónimo de sofisticación, humor, inteligencia... Puede que esta peli sea de otro director y de otro guionista. Es la única explicación que le encuentro.

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