Dice mi profesora de yoga que la gente extremadamente flexible a veces avanza menos en el yoga que quienes no lo somos tanto; porque les resulta demasiado fácil y se pueden precipitar en el aprendizaje, saltándose algunos pasos necesarios. Me he acordado de eso al leer la última "novela" de Juan José Millás, El mundo. A Millás, escribir le debe resultar demasiado fácil (al menos, esa es mi teoría) y cuando se sienta a escribir una novela se salta algunos pasos, concretamente, el darle forma de novela.
Aunque los Premios Planeta ni me sorprenden ni me dejan de sorprender porque no me suelen interesar, sí encuentro curioso haber dado un premio de novela a una obra que no lo es. Desde luego, Millás escribe (en mi opinión) mejor que muchos escritores que ganan ese premio. Es más, creo que escribe muy bien. Y soy una gran admiradora de sus artículos periodísticos (sobre todo de los que publica en un formato más corto, comentando fotos o noticias). Me gustaron mucho sus primeras novelas y disfruto leyendo cualquier cosa que haya escrito él, con su ingenio habitual, sus acertadas metáforas y su amargura no exenta de ternura. Como tengo quien me las suministre, he leído incluso novelas como Laura y Julio, que parece que las haya escrito ya hace tiempo, de tan "millasianas", y que, lamentablemente, no dejan ningún poso en el lector. Pero, insisto, el yoga le debe resultar demasiado fácil; sobre todo ahora que lleva tanto tiempo practicándolo.
En un momento del libro, hablando de El jardín vacío, Millás comenta que "No era una novela propiamente dicha, sino una digestión, un proceso metabólico, una asimilación". Podría decirse exactamente lo mismo de esta, que es justamente eso, cualquier cosa menos una novela; algún proceso que quizás el Millás "hijo de vecino" necesitaba hacer, pero que el "Millás autor" debería haber sabido transformar en literatura.
Aunque los Premios Planeta ni me sorprenden ni me dejan de sorprender porque no me suelen interesar, sí encuentro curioso haber dado un premio de novela a una obra que no lo es. Desde luego, Millás escribe (en mi opinión) mejor que muchos escritores que ganan ese premio. Es más, creo que escribe muy bien. Y soy una gran admiradora de sus artículos periodísticos (sobre todo de los que publica en un formato más corto, comentando fotos o noticias). Me gustaron mucho sus primeras novelas y disfruto leyendo cualquier cosa que haya escrito él, con su ingenio habitual, sus acertadas metáforas y su amargura no exenta de ternura. Como tengo quien me las suministre, he leído incluso novelas como Laura y Julio, que parece que las haya escrito ya hace tiempo, de tan "millasianas", y que, lamentablemente, no dejan ningún poso en el lector. Pero, insisto, el yoga le debe resultar demasiado fácil; sobre todo ahora que lleva tanto tiempo practicándolo.
En un momento del libro, hablando de El jardín vacío, Millás comenta que "No era una novela propiamente dicha, sino una digestión, un proceso metabólico, una asimilación". Podría decirse exactamente lo mismo de esta, que es justamente eso, cualquier cosa menos una novela; algún proceso que quizás el Millás "hijo de vecino" necesitaba hacer, pero que el "Millás autor" debería haber sabido transformar en literatura.
3 comentarios:
Quizás esto que comentas se deba que en realidad "El Mundo" no iba a ser una novela. Fue un encargo de un reportaje, como esos que publica en El País Semanal, pero en este caso sobre sí mismo. Empezó a seguirse y a tomar notas pero entonces vió que no podía escribir sobre él sin hablar de su infancia y que eso ya era un proyecto más "grande". Y fue una necesidad para él.
Aunque quizás no sea ni una novela ni una autobiografía a mi me ha encantado este libro. Leer la visión del mundo, imaginativa y surrealista, que tenía este escritor cuando era pequeño es un placer para cualquier seguidor de Millás.
La suministradora.
¡Gracias por el comentario!
Es interesante lo que cuentas, explica un tanto el formato, sí; pero sigo pensando que un escritor de su talla debería haber sabido encontrar mejor la forma de "envolver" la necesidad que sentía.
Y tú es que eres muy fan, ¿eh?
También...
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