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viernes, 6 de noviembre de 2009

¡Aragón también tiene sed!

Siempre digo que no aprovechamos la oferta cultural de Barcelona, que no es Londres, pero cosillas para ver/oír abundan (más que el tiempo para ir a echarlas un ojo o para investigarlas siquiera). Suerte que a veces me hacen propuestas de lo más honestas como el programa doble sugerido esta semana por la jefa de los Novelantes (¡mil gracias, Caro!), que encima ha coincidido con una relativa tranquilidad en el frente; así que miel sobre hojuelas.
Dentro de la programación del Festival In-Edit (Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona), fuimos a ver primero el documental ficticio Spinal Tap, de Rob Reiner, que cumple este año su veinticinco aniversario. La historia de este documental tiene tela; porque se inventaron una banda "heavy" inglesa y se eligieron a unos actores que fueran músicos además. Tal fue el éxito del documental (se ha convertido en toda una peli de culto) que Spinal Tap llegó a grabar discos y actuar para sus fans. Las imágenes "retrospectivas" de los inicios del grupo en los años cincuenta cantando "Listen to the flower people" son para troncharse; así como las referencias a los baterías muertos... En fin, una parodia que no ha envejecido mal del mundo de las bandas "heavy" en la que al final queda peor parada la industria discográfica que los ingenuos músicos y sus clichés (yo solo pillé algunos, claro), como dios manda.
El segundo documental, sobre la historia de la cultura pop oscense, "Los chicos de provincias somos así" (título de un tema mítico de Los Mestizos), y dirigido por Orencio Boix, no tiene desperdicio ni siquiera para los que no hemos vivido ese ambiente. Está magníficamente estructurado y no se limita a los gloriosos años 80 y a gente como Escoria Oriental (los más conocidos aunque fuera de nombre, al menos por mí). Empieza con el nacimiento del pop, a finales de los 50, que significó toda una revolución en un lugar extremadamente pequeño, rural y clasista. Sale el primer grupo que grabó un disco "ye-yé" en España (y que actuaron en Irán, nada menos) y, de repente, se muere Franco y se arma una que no veas; con cada cual cantando lo que dios le da entender y el surgimiento de las tribus urbanas ("¡había tres punks!" dice uno de los entrevistados). El desparpajo del personal es lo mejor; nadie se da importancia ni se amarga por no haber tenido más éxito en su carrera musical. Lo de Willy Giménez diciendo que en Huesca Camarón estaría vivo, o la respuesta de un componente de la Escoria Oriental a la pregunta de cómo ven el auge musical de Huesca ("pues, doble, lo vemos doble, como todo") es desternillante y conmovedor por su frescura a la vez. Total, que Orencio Boix no se limita a mostrarnos lo esperable; sino que va más allá, hacia atrás y hacia adelante (porque nos muestra también lo último de la música oscense, tanto en Huesca como fuera); dando voz a las bandas, a los periodistas que las apoyaron... Una maravilla.

De visionado imprescindible: vídeo de una actuación de Escoria Oriental, cantando "Reggae de los Monegros". La calidad de la imagen no es muy allá; pero vale la pena.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Hancock en Barcelona

El pianista Herbie Hancock no se iba a poner a hacer campaña en favor de Obama en el Festival de Jazz de Barcelona (actuó en un Palau de la Música lleno el pasado día 30); más que nada porque esto no son los EE.UU. y no podemos votarle. Pero es prácticamente lo único que le ha faltado hacer a este hombre para expresar su apoyo a quien podría ser el primer presidente negro de ese país (aunque yo sigo sin verlo muy negro, a Obama, digo). Hancock no solo se puso al piano en el vídeo "Yes we can", sino que tiene muy clarito, en la página de inicio de su sitio web, otro vídeo, aún más cursi y americano si cabe, en el que aparece cantando (él y todo quisqui, porque sale hasta Pamela Anderson).
Este ha sido un gran año para un músico con una larga trayectoria que llegó a tocar con Miles Davis. Hancock ha ganado casi todos los premios posibles (en junio, los críticos de jazz les nombraban a él y al guitarrista con el que vino a Barcelona, Lionel Loueke, músicos del año). Yo le fui a ver en calidad de consorte con suerte. Para los que no sabemos nada de jazz, Hancock es junto con Keith Jarrett (le vi el año pasado en el mismo festival, en L'Auditori) un músico muy accesible. Acompañado por buenos músicos (el batería era extraordinario y el de la armónica hacía maravillas con un instrumento tan tonto), parece poco purista y sigue siendo capaz de sorpresas como dejarnos a solas con Loueke haciendo algo extrañísimo y desconcertante (llegó a darme miedo).
Un placer.

+ info. sobre Herbie Hancock aquí.


miércoles, 22 de octubre de 2008

Vaya por dios: Ani es feliz

Siempre pareció una chica que se lo pasaba estupendamente; pero ahora resulta que encima es feliz. Hay que fastidiarse. No es nada personal; pero es que a mí esta chica me gustaba más enfadada. Ella se defiende (digamos que no soy la única que se ha dado cuenta) diciendo que en su último disco critica la permanencia de las tropas estadounidenses en Irak, que sigue siendo feminista porque (según canta) no quiere rezarle a un dios masculino... Pero escuchando las letras de sus últimos discos, es inevitable pensar que ha perdido fuerza y acidez,por el camino. Y así se vive más tranquila, claro; pero la poesía se resiente.
Ani DiFranco presentaba su último disco, "Red Letter Year", en L'Auditori, tras siete años sin pisar Barcelona. Yo la había visto antes, en 1999 (creo), en un concierto muy diferente a este, en un entorno menos formal y con la gente bailando. Cuando vi este verano a Suzanne Vega pensé "ojalá viniera Ani también", y casi se cumplieron mis deseos. Casi, porque la que vino no era la de entonces (yo tampoco, evidentemente, pero yo no tengo seguidores a los que contentar, esa es la diferencia). Hubiera podido jurar antes de ir que no me iba a convencer. Y, a pesar de todo, fui, por los viejos tiempos. Me tocó "tragar" con dos teloneros de su propia discográfica. Una se podía tolerar, a pesar de que imitaba descaradamente a su "jefa". El otro se dedicó a centrifugar la guitarra y contar chistes malos. Y por fin llegó Ani, con nueva banda y un señor que tocaba el xilofón (vale, no era un xilofón, es una cosa que no sé cómo se llama que se utiliza en jazz, un vibráfono o qué sé yo, pero sonaba como una mezcla de xilofón y una especie de palangana que tocaba hace años un individuo por las calles de Gràcia). Entre ese bendito instrumento y la vulgaridad de las nuevas canciones, a ratos se me olvidaba que es una de mis cantantes favoritas. Suerte que, para recordármelo, cantó "Napoleon", "As is" (lástima de nuevos arreglos, es una estupenda canción de amor), "Shameless"... Con esas canciones sigue siendo la chica descarada de Buffalo con poco que perder que sabe cantar, toca bien la guitarra y tiene historias que contar. La mujer que acabó convertida (seguramente un tanto en su contra) en todo un símbolo de libertad sexual, de feminismo, pacifismo, lucha contra el racismo y la hipocresía... Mucha carga para alguien tan menudo, desde luego.
Ni siquiera sus comentarios en el escenario son lo que eran. De hecho, nunca volvieron a ser los mismos desde que Andy Stochansky dejó la banda; sus diálogos en el magnífico doble en directo "Living in Clip" (1997) eran de lo más delirante. Nos enteramos de que es mamá, pro-Obama (gran sorpresa) y también soltó algún taco. Y poco más. Cantó "Present/Infant", escrita para su hija, y nos demostró (para el que no lo supiera) que es muy difícil no ser cursi cuando se trata de bebés; porque lo de "Love is all over the place/there's nothing wrong with your face" tiene su delito. Nada que ver con letras como la de "To the teeth", contra las armas de fuego:

open fire on hollywood
open fire on MTV
open fire on NBC
and CBS and ABC
open fire on the NRA
and all the lies they told us
along the way
open fire on each weapons manufacturer
while he's giving head
to some republican senator

Tampoco el público de Barcelona estuvo a la altura. Le hicieron tantas fotos con los dichosos móviles y cámaras, que soltó un comentario sarcástico sobre los numerosos "fotógrafos", y un "y yo con estos pelos". Por lo visto, en L'Auditori han dado la batalla por perdida y ya ni avisan antes del concierto de que no se permiten hacer fotos. Por no hablar del contrasentido de gritarle "guapa" (o regalarle flores, que de todo hubo) a alguien con la ideología de Ani DiFranco.
En fin. Más allá de que la felicidad de Ani no sea buena para su público, lo que está claro es que es imposible sacar 19 discos fabulosos. Yo me quedé en el que hacía el número 13 ("Evolve", 2003), más o menos, y me parece que de ahí no me muevo. Al final, los seguidores somos mucho del rollo "a mí me gustaba más la de los primeros discos". Si a mí me quedó un cierto regusto a decepción tras el concierto del domingo, lo comparo al de un fan de Lou Reed tras el concierto de presentación de "The Raven". A mí me pareció sublime porque nunca le había visto en directo y no podía comparar su voz y su presencia con la de hace años. Pero, lamentablemente, hay pocas cosas que mejoren con el tiempo.

Más sobre Ani DiFranco y sus teloneros en la página web de su discográfica.

martes, 8 de julio de 2008

Regreso a Suzanne Vega

Suzanne Vega ha pasado por Barcelona para clausurar el Festival Únicas en el Palau de la Música. Presentaba su último álbum, Beauty & Crime, que como era de esperar (siempre nos gustan más los primeros discos de los cantantes que hemos oído de más jóvenes, nos suele dar la sensación de que con la edad han perdido fuerza e inspiración) no está a la altura de sus mejores canciones. Pero su voz sigue siendo increíble, tan aterciopelada y armoniosa como en sus comienzos hace 25 años, y solo por comprobar que no es un efecto de estudio (y por lo cara que se hace de ver) vale la pena rascarse el bolsillo (quizá tarde otros 19 años en volver).
La cantante combinó canciones del último disco con algunas de sus mejores melodías (o al menos las que más me gustan a mí); "Marlene on the Wall", "Penitent", "Small Blue Thing", "Left of Center"... Eso permitió comprobar que las letras de las nuevas canciones carecen, en gran medida, de la sofisticación de las de discos anteriores, aunque siguen estando muy bien escritas; pero no resultan tan misteriosas, poéticas y cautivadoras. Llevan su sello, en cualquier caso, y temas como "Pornographer's Dream" evocan el sonido de antaño. La acompañaban un par de músicos de calidad probablemente incuestionable, pero que aportaban demasiado "chumba-chumba" para mí gusto. Creo que una voz como la suya necesita su guitarra y poco más, o al menos arreglos más sutiles.
El Palau no estaba lleno (estamos en pleno Grec) pero había bastante público madurito que había ido (claramente) a oír la dichosa "Luka" (deberían hacer un estudio para ver cuánta gente entiende la letra) y "Tom's Dinner"... La concesión de cantar parte de "Luka" en español (hizo en su momento, debido al mega-éxito, una versión horripilante) seguramente fue bien intencionada; pero no se lo agradecimos quienes íbamos a oírle cantar sobre soldados y campos de batalla (una obsesión, lo de esta mujer, Freud tendría mucho que decir al respecto). Pero por más pegas que se le pueda poner, la verdad es que fue un placer retomar canciones que tenía bastante olvidadas y sumergirme de nuevo en su voz.
Más info. sobre Suzanne Vega en su página web.

jueves, 15 de mayo de 2008

Beleza!

El concierto de Seu Jorge en el Palau de la Música de Barcelona, dentro del Festival de Guitarra, fue de menos a más (lo cual es bastante mejor que lo contrario, evidentemente). Muy conocido como músico y actor en su país (debutó en Cidade de Deus), el hombre tenía al público (buena parte era compatriota) ganado desde antes de abrir la boca. Empezó tocando un par de sus famosas versiones de canciones de David Bowie, que tienen su gracia. Pero lo mejor de Seu Jorge no es su forma de cantar (a pesar de que tiene una voz muy potente, no destaca como cantante) ni de tocar la guitarra (con fuerza, pero poca técnica), ni siquiera sus canciones (a pesar de que alguna está francamente bien). Lo mejor es su autenticidad, su recordatorio constante de dónde viene (de una favela de Río de Janeiro, de vivir durante años en la calle, de ver morir a sus amigos e incluso a su hermano, muy al estilo de la película de Fernando Meirelles) y sus ganas de hacer música. Magníficamente acompañado por más de media docena de músicos de calidad tocando los instrumentos más diversos (y de las formas más increíbles, a uno de ellos lo presentaban como el tipo más rápido del mundo tocando la "pandereta" y puede que fuera verdad), el espectáculo de Seu Jorge fue cogiendo carrerilla hasta acabar en una auténtica fiesta con canciones como "Tive razao" (ver el vídeo), que está bien en el disco (Cru), pero mucho mejor en directo y con los "compinches".