En una jornada que sigue a una huelga general y en la que se celebra que se murió el primer traductor (ya podían haber elegido la fecha de nacimiento de San Jerónimo y no la de su muerte, digo yo, cuánta mala leche), va a haber que ponerse un poco reivindicativos.
Después de todo, somos un gremio poco gremial que cobra igual o menos que hace diez años (no vamos a hablar ahora de la diferencia del coste de la vida) y encima más tarde (con la que está cayendo, dile tú a tus clientes que te paguen a treinta días, te mandan a hacer monólogos en la tele), que está en formación continua, es esclavo de las tecnologías de la información y está obligado a invertir constantemente en su poco lucrativa carrera profesional.
¿Y quién nos mandaba hacernos traductores? Pues yo le echo mucha culpa a los autodefinidos; pero, en fin.
Después de todo, somos un gremio poco gremial que cobra igual o menos que hace diez años (no vamos a hablar ahora de la diferencia del coste de la vida) y encima más tarde (con la que está cayendo, dile tú a tus clientes que te paguen a treinta días, te mandan a hacer monólogos en la tele), que está en formación continua, es esclavo de las tecnologías de la información y está obligado a invertir constantemente en su poco lucrativa carrera profesional.
¿Y quién nos mandaba hacernos traductores? Pues yo le echo mucha culpa a los autodefinidos; pero, en fin.
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