Es lo que tiene ser un "héroe en la sombra" (que, al menos, calor no pasas) en lugar de un superhéroe, que sería lo suyo: por más que le vayas con ruegos a San Jerónimo (a quien le dé por ahí, yo soy más del dios hindú Ganesh, aunque el otro sea el santo del día y el patrón de los traductores), tienes que andar siempre con el mazo dando, como en el refrán. Vamos, que si se está hundiendo el barco, rezar, puedes rezar, pero sigue remando.
Todo este desvarío para decir que hoy es el Día del Traductor y aunque no me considere un "héroe" como dijo una vez Paul Auster para hablar de los traductores literarios (los traductores técnicos tenemos que ser más modestos debido a nuestra notoria falta de glamour), en la sombra de la expresión austeriana sí que estamos, sí.
Somos unos currantes invisibles (encima, salimos poco de casa, así que casi ni existimos para la familia y los amigos y no solemos estar morenos), lo cual perjudica mucho el reconocimiento de nuestra labor, como es lógico (la invisibilidad, no el mal color, me refiero).
Todo este desvarío para decir que hoy es el Día del Traductor y aunque no me considere un "héroe" como dijo una vez Paul Auster para hablar de los traductores literarios (los traductores técnicos tenemos que ser más modestos debido a nuestra notoria falta de glamour), en la sombra de la expresión austeriana sí que estamos, sí.
Somos unos currantes invisibles (encima, salimos poco de casa, así que casi ni existimos para la familia y los amigos y no solemos estar morenos), lo cual perjudica mucho el reconocimiento de nuestra labor, como es lógico (la invisibilidad, no el mal color, me refiero).
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