Como a muchos, me resultó muy llamativo en su momento el anuncio de la concesión del Premio Nobel de la Paz a Barack Obama por el motivo que él mismo mencionó en su discurso en Oslo; porque se le ha dado al principio de su mandato. En mi opinión, se le ha otorgado por sus buenas intenciones y no por una buena labor de su Gobierno; lo cual es un error. En inglés hay un dicho, algo así como que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. También se suele decir que el infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo, de buenas obras. Pues eso, buenas intenciones y carisma le sobran a Obama; eso está claro. Pero habría que dejar los premios para dentro de unos añitos; no sea que no lleguemos a ver grandes acciones por su parte (ojalá me equivoque, por lo mucho que nos jugamos todos).
He leído su discurso de aceptación del premio por pura curiosidad, tras ver en el periódico que los supervivientes de Hiroshima (ciudad a la que espero ir estas navidades, para visitar el museo y el parque conmemorativo, monumentos por la paz) y Nagasaki se han sentido defraudados por el escaso pacifismo mostrado por el Presidente norteamericano. Que ya es tener fe en la humanidad, digo yo. Tras pasar por lo que pasaron, aún tienen semejantes esperanzas. Optimismo puro. Me he encontrado con un texto lleno de excusas para el despliegue militar en Afganistán, trufado de citas de Martin Luther King y su adorado Presidente Kennedy, menciones a Gandhi y a las atrocidades de la segunda guerra mundial. Pero hubiera estado bien, efectivamente, que si al hombre le han dado el premio (básicamente) por su iniciativa para eliminar en un futuro los arsenales nucleares existentes en el mundo (un brindis al sol, me parece a mí), no pasara tan de puntillas por las bombas atómicas que tan alegremente y con tan poco fundamento lanzó su país sobre esas ciudades japonesas. Porque mucho hablar de civiles, pero justamente allí murieron muchísimos niños, ancianos, mujeres... lo lógico si tiras una bomba sobre una ciudad, vaya, que le das a los colegios.
A mí me ha apenado la frase "un movimiento no violento no hubiera podido detener a los ejércitos de Hitler" para argumentar que a veces la guerra es necesaria. Hitler no hubiera llegado a estar al frente de esos ejércitos sin que le votara antes una población acuciada por la crisis económica y le apoyaran después, de forma más o menos velada, otros países. Hitler no se generó espontáneamente; fue el resultado de una serie de circunstancias. Y es ahí donde los movimientos no violentos pueden hacer mucho para evitar guerras. Sé que Obama no es responsable de la historia de su país, ni de los gobiernos que le han precedido; pero no veo cómo puede justificar la guerra en Irak (por mucho que tenga las manos atadas en ese tema). Sadam Hussein había cometido durante años innumerables atrocidades que por lo visto no merecieron que los EE.UU. salvaran a los iraquíes. Y luego se empeñaron en sacarles las castañas del fuego cuando a ellos les vino bien, con un criterio un tanto curioso y con una guerra indefendible en la que han pagado el pato los mismos de siempre y se han enriquecido también los de siempre. Lo malo de estas "guerras justas" de EE.UU. es que siempre se ve su mano aupando en la sombra a los enemigos del mundo. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Pero los que se mueren son mayoritariamente los otros.
Se puede leer el discurso de Obama aquí.
He leído su discurso de aceptación del premio por pura curiosidad, tras ver en el periódico que los supervivientes de Hiroshima (ciudad a la que espero ir estas navidades, para visitar el museo y el parque conmemorativo, monumentos por la paz) y Nagasaki se han sentido defraudados por el escaso pacifismo mostrado por el Presidente norteamericano. Que ya es tener fe en la humanidad, digo yo. Tras pasar por lo que pasaron, aún tienen semejantes esperanzas. Optimismo puro. Me he encontrado con un texto lleno de excusas para el despliegue militar en Afganistán, trufado de citas de Martin Luther King y su adorado Presidente Kennedy, menciones a Gandhi y a las atrocidades de la segunda guerra mundial. Pero hubiera estado bien, efectivamente, que si al hombre le han dado el premio (básicamente) por su iniciativa para eliminar en un futuro los arsenales nucleares existentes en el mundo (un brindis al sol, me parece a mí), no pasara tan de puntillas por las bombas atómicas que tan alegremente y con tan poco fundamento lanzó su país sobre esas ciudades japonesas. Porque mucho hablar de civiles, pero justamente allí murieron muchísimos niños, ancianos, mujeres... lo lógico si tiras una bomba sobre una ciudad, vaya, que le das a los colegios.
A mí me ha apenado la frase "un movimiento no violento no hubiera podido detener a los ejércitos de Hitler" para argumentar que a veces la guerra es necesaria. Hitler no hubiera llegado a estar al frente de esos ejércitos sin que le votara antes una población acuciada por la crisis económica y le apoyaran después, de forma más o menos velada, otros países. Hitler no se generó espontáneamente; fue el resultado de una serie de circunstancias. Y es ahí donde los movimientos no violentos pueden hacer mucho para evitar guerras. Sé que Obama no es responsable de la historia de su país, ni de los gobiernos que le han precedido; pero no veo cómo puede justificar la guerra en Irak (por mucho que tenga las manos atadas en ese tema). Sadam Hussein había cometido durante años innumerables atrocidades que por lo visto no merecieron que los EE.UU. salvaran a los iraquíes. Y luego se empeñaron en sacarles las castañas del fuego cuando a ellos les vino bien, con un criterio un tanto curioso y con una guerra indefendible en la que han pagado el pato los mismos de siempre y se han enriquecido también los de siempre. Lo malo de estas "guerras justas" de EE.UU. es que siempre se ve su mano aupando en la sombra a los enemigos del mundo. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Pero los que se mueren son mayoritariamente los otros.
Se puede leer el discurso de Obama aquí.
2 comentarios:
Por lo que a mi respecta, el premio Nobel de la paz es una tomadura de pelo.
Este 'premio' se lo han dado a otros presidentes de los EEUU que no se destacaron precisamente por ser gente pacífica (T. Roosevelt, W. Wilson...).
Sin duda el caso más flagrante fue el Nobel de la Paz otorgado a Henry Kissinger, considerado por muchos un instigador de genocidios. Eso si, no era presidente de los EEUU.
Al lector que quiera saber más sobre este tema, puede bastarle con comenzar por leer las entradas dedicadas a este personajucho en la wikipedia ( http://es.wikipedia.org/wiki/Henry_A._Kissinger y http://en.wikipedia.org/wiki/Henry_kissinger ).
Esto por lo que respecta a la credibilidad del premio Nobel.
Por lo que respecta a Obama... ¿qué ha hecho hasta ahora, no ya que lo haga merecedor de un hipotético premio a 'La Paz', sinó que lo diferencie de anteriores presidentes?
Nada. Tal como suena. Nada.
Pero a lo mejor esto no es una sorpresa inesperada para nadie...
¡Saludos!
Bueno, en descarga de los señores estos suecos, ha de decirse que el Nobel a Kissinger fue antes de su apoyo al golpe militar en Argentina y otras "proezas". Aunque es curioso que cuando se vio que los acuerdos de paz con Vietnam no eran lo que parecían, Le Duc Tho renunció al premio y Kissinger no (a buena parte, había pasta implicada). Siempre me ha maravillado que una persona que huyó de la Alemania nazi luego se dedicase a semejantes menesteres. Dirías que si has sufrido en tus carnes violaciones de DD.HH., lo normal sería que no se te ocurriera que gente de otros países pasaran por lo mismo; pero parece que en su caso no solo fue así sino que superó ampliamente lo imaginable. En fin. Como para querer aceptar un premio que le dieron previamente a semejante personaje, yes.
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