Es que era un programa doble: Tim Robbins como director teatral y luego como actor. En ambos quehaceres sale bien parado (no esperaba menos).
The Lucky Ones (2008) es una interesante película sobre "los afortunados"; los militares que consiguen volver de la guerra de Irak (no se menciona el nombre del país, ni falta que hace). Los de la película (dos hombres y una mujer) se consideran afortunados porque han visto morir a muchos (dos de ellos han sufrido heridas y han visto la muerte muy de cerca), y pueden sentirse también así al ver el agradecimiento de algunos de sus conciudadanos. Pero, en realidad, eso no hará que mejoren sus vidas ni se solucionen sus problemas (los que tenían antes de ir a Irak, los que han surgido después).
Neil Burger, el director de El Ilusionista, no solo elige no mentar al país de marras, sino que tampoco busca patriotas: sus personajes no han ido a la guerra por su país (habría que ver cuántos lo hacen), sino por ellos mismos. Han elegido esa salida porque no tenían otra, por motivos económicos, por no defraudar a la familia, porque es un buen trabajo... Los tres personajes de Burger no son héroes y preferirían no volver; pero tampoco eso es algo que esté en sus manos. El resultado es una película un tanto diferente; una "road movie" especial, medida, sutil, con un buen guión. Y capaz de emocionar sin caer en la cursilería (ni en lo obvio, que tiene aún más mérito).
Los tres actores hacen muy bien sus papeles; llama la atención el candor de Rachel McAdams. En realidad, el papel de Robbins no es especialmente difícil para un actor como él; pero con otro actor no hubiera sido lo mismo. En resumen, una película que ha elegido no mostrar y no contar lo esperable; sino escarbar un poquito, que tiene mucho más sentido. Y todo ello sin estridencia alguna; por lo que puede pasar desapercibida.
Se puede ver el tráiler aquí.
The Lucky Ones (2008) es una interesante película sobre "los afortunados"; los militares que consiguen volver de la guerra de Irak (no se menciona el nombre del país, ni falta que hace). Los de la película (dos hombres y una mujer) se consideran afortunados porque han visto morir a muchos (dos de ellos han sufrido heridas y han visto la muerte muy de cerca), y pueden sentirse también así al ver el agradecimiento de algunos de sus conciudadanos. Pero, en realidad, eso no hará que mejoren sus vidas ni se solucionen sus problemas (los que tenían antes de ir a Irak, los que han surgido después).
Neil Burger, el director de El Ilusionista, no solo elige no mentar al país de marras, sino que tampoco busca patriotas: sus personajes no han ido a la guerra por su país (habría que ver cuántos lo hacen), sino por ellos mismos. Han elegido esa salida porque no tenían otra, por motivos económicos, por no defraudar a la familia, porque es un buen trabajo... Los tres personajes de Burger no son héroes y preferirían no volver; pero tampoco eso es algo que esté en sus manos. El resultado es una película un tanto diferente; una "road movie" especial, medida, sutil, con un buen guión. Y capaz de emocionar sin caer en la cursilería (ni en lo obvio, que tiene aún más mérito).
Los tres actores hacen muy bien sus papeles; llama la atención el candor de Rachel McAdams. En realidad, el papel de Robbins no es especialmente difícil para un actor como él; pero con otro actor no hubiera sido lo mismo. En resumen, una película que ha elegido no mostrar y no contar lo esperable; sino escarbar un poquito, que tiene mucho más sentido. Y todo ello sin estridencia alguna; por lo que puede pasar desapercibida.
Se puede ver el tráiler aquí.
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