Algo va mal en una ciudad cuando te despiertas a las cuatro de la mañana por el ruido en la calle y el olor a quemado y piensas "dichosos albañiles, ¿qué demonios estarán haciendo?". Así de acostumbrados estamos los barceloneses a que no nos dejen dormir (y los que vivimos en el barrio de Gracia, ni te cuento).
Resultó ser un incendio y el estruendo lo provocaban los bomberos; ruido justificado por una vez. Mientras escribo esto, los albañiles que rehabilitan un piso enfrente del nuestro siguen machacándonos el sábado (han empezado a las ocho de la mañana, como cada día). Es algo que en esta bendita ciudad se considera completamente normal. Yo no lo veo así y por eso me quiero ir. Claro que los que se tendrían que ir son otros. Y el resto del país no es que ande mucho mejor. Pero en esas estamos, buscando nuestro propio paraíso.
Lo dicho, algo huele a podrido en Barcelona.
Resultó ser un incendio y el estruendo lo provocaban los bomberos; ruido justificado por una vez. Mientras escribo esto, los albañiles que rehabilitan un piso enfrente del nuestro siguen machacándonos el sábado (han empezado a las ocho de la mañana, como cada día). Es algo que en esta bendita ciudad se considera completamente normal. Yo no lo veo así y por eso me quiero ir. Claro que los que se tendrían que ir son otros. Y el resto del país no es que ande mucho mejor. Pero en esas estamos, buscando nuestro propio paraíso.
Lo dicho, algo huele a podrido en Barcelona.
2 comentarios:
Como dices tu, algo huele a podrido... aunque me parece a mi que no está restringido a Barcelona. Debe de ser una cualidad nacional.
Nuestro propio paraíso... eso suena bién :-)
A ver si conseguimos apartarnos del mundanal ruido en toda la extensión de la palabra ("far from the madding crowd", a ti que te gustan tanto las expresiones en inglés).
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