Ese crudo que cubre a Obama gracias a BP se queda en una mancha de aceite si se compara con las constantes fugas de petróleo que contaminan el agua que beben, el agua donde pescan, los campos que deben cultivar tantas familias en el delta del Níger, uno de los ecosistemas más ricos del mundo. De hecho, se pierde más petróleo en un año en el delta del Níger que todo el derramado en el Golfo de México por la pifia de BP.
Como cuenta hoy John Vidal en The Guardian, mientras el desastre (que lo es) del Golfo de México acapara titulares a diario, casi nadie presta atención a lo que ocurre en Nigeria desde hace décadas. Como bien dice Vidal, el triste panorama de destrucción en el delta del Níger nos ofrece una visión más precisa del precio que debemos pagar por apostar por el petróleo. Y eso no quiere verlo nadie. Por suerte es algo que sucede "lejos" (el Golfo de México tampoco es que esté aquí al lado, pero lo de la aldea global parece un concepto muy elástico) y, sobre todo, les pasa a pobres de solemnidad. Así que podemos hacer como que no existe y a otra cosa, mariposa.
Después de todo, no creo que Obama quiera ponerle el cascabel al gato (las petroleras arañan que da gusto); y esperar algo así del gobierno de Nigeria (socios de Shell) es totalmente impensable.