miércoles, 16 de julio de 2008

"Prométeme": un estreno que no lo es tanto

Emir Kusturica estrena película. O no. La verdad es que sales del cine con la sensación de que ya la habías visto, solo que la otra vez te había gustado más (igual era el día en que se llamaba Gato negro, gato blanco). El propio Kusturica reconoce que siempre hace la misma película, con lo cual, es de mal criticar, la verdad.
Prométeme (Zavet) es un cuento moderno (pero un cuento, al fin y al cabo), con su abuelito sabio, unas promesas que hay que cumplir, un pueblecito nevado y una ciudad llena de tentaciones y perversión, el bufón, los malos, la princesa amenazada, los nobles caballeros que ayudan al prota, y el niño listo que acaba saliendo bien parado del lío que se monta. Y la que se monta es gorda. Zavet empieza bien, pero se va disparatando, disparatando, hasta que no puede acabar de forma razonable (por no hablar de algún momento un tanto zafio que podía haberse ahorrado). Todo ello con actores sólidos, una buena realización, música esperable y un aire de película cómica de cine mudo.
Un rato agradable con una película que podía haber aspirado a más (hubiera estado bien algún diálogo más como el que mantiene el abuelo con el otro anciano del pueblo, pero a Kusturica los diálogos le traen al fresco).

lunes, 14 de julio de 2008

"Fay Grim": segundas partes...

Suena feo dicho así, pero no sé qué falta hacía rodar Fay Grim (2006), con lo contentos que nos habíamos quedado todos con Henry Fool (1997) que es una película fantástica. Es como si a Hal Hartley se le hubiera acabado la inspiración y hubiera tenido que retomar las historias de antaño.
Después de The Girl from Monday (2005), que tiene su aquel y es menos ciencia-ficción de lo que sería bueno para los "consumidores" (antiguamente llamados ciudadanos) del siglo XXI, Hartley decide contarnos lo que ha pasado con Simon, Fay y Henry desde que les conocimos hace diez años. Algo del todo innecesario, a mi entender. Y lo hace con una película aparentemente menos personal que su filmografía de los 90; aunque desde luego hay cosas que solo se le hubieran ocurrido a él.
El principal problema que le encuentro es lo poco creíbles que son los personajes. Simon ya no es el basurero "freak", Fay se convierte en una especie de "Catwoman" inverosímil, Jeff Goldblum en el papel del agente Fullbright está desaprovechado (y desdibujado, un malo un tanto postizo), los agentes secretos son pura caricatura y, lo peor, Henry deja de ser Henry. Yo prefería las dudas sobre Henry, no saber todo lo que me cuentan ahora; que encima es un tanto descabellado. Era más poético que fuera un bedel con pretensiones. La trama tampoco me convence, ¿por qué demonios esperan tantos años a buscar los dichosos cuadernos? Y van y se ponen todos a la vez; incluso el editor tiene la misma idea.
Igual me he perdido algo; pero aunque haya escenas un tanto de opereta, como la de los espías, esta película no me resulta tan atractiva como cuando los personajes y las historias eran absurdos, pero bien delineados. En mi humilde opinión, se le ha ido la mano, creo yo. Que no sea el cambio de siglo, que está siendo de lo peor.

sábado, 12 de julio de 2008

Souvenirs: 10 recuerdos de Estocolmo

No sabría decir qué me gustó más de Estocolmo; pero tengo un recuerdo que no es de un lugar concreto, sino de una sensación muy placentera. Una ciudad (un país) para visitar en verano, claramente, que es cuando hay un montón de horas de luz e incluso sol (aunque te puede caer un chaparrón todo el año). Nos dejamos el recorrido por el archipiélago (que promete, pero requería más días y no solo un puente) para otra vez.
Entre mis recuerdos (no necesariamente por este orden):
1. La cantidad de parques, jardines y árboles que había. Una tercera parte de la ciudad es zona verde y los suecos la aprovechan para hacer picnics, deporte... Quien como ellos.
2. La tranquilidad y la limpieza de una ciudad que cuida sus espacios con esmero. Los escaparates y las tiendas, muy nórdicas, puestas con muy buen gusto. Y se ve todo andando; en el centro no hay grandes distancias (aunque reconozco que nos pegamos unas pateadas buenas, pero fue en el ecoparque, que es enorme, y en Södermalm, que lo mismo).
3. La gente, decidida a disfrutar del verano (y de la ropa y las terrazas propias de la estación), aunque hiciera más frío que en invierno en Barcelona y tuvieran que taparse con una manta.
4. Millesgärden, un lugar íncreible que celebra su centenario. Un museo y jardines en la isla de Lidingö donde se expone la obra del escultor sueco Carl Milles, discípulo de Rodin (nos recordó nuestra visita al Museo Rodin de París, que nos gustó muchísimo también). Las esculturas tienen mucha fuerza. Y fue muy relajante comer en la terraza de la cafetería (nos debimos contagiar de los suecos, porque disfrutamos de ratos muy agradables en varias terrazas).
5. La plaza Stortorget de Gamla Stan (el casco antiguo), con sus edificios antiguos y sus cafés. Un sitio al que volvimos varias veces.
6. El mercado (Saluhall) de Östermalm, donde todo estaba tan limpio y colocadito (parecía de juguete). Todo tenía una pinta estupenda. Montones de patatas diferentes.
7. Estocolmo con sol. Nos hizo un día (de cuatro) radiante y lo disfrutamos muchísimo. Todo tenía otro color y la gente estaba feliz (es que encima era domingo).
8. Si las ciudades con ríos o lagos (o mar) suelen ser especiales, esta, que tiene de todo y está formada por catorces islas, pues más. Agua por doquier.
9. La sorpresa al entrar en el patio del Ayuntamiento (no te esperas un lugar así tras un exterior tan austero). Muchos de los edificios históricos están coronados por figurillas doradas en perfecto estado de revista (a pesar de lo inaccesibles).
10. La cantidad de museos que había, no siendo una ciudad demasiado grande. Cerraban muy pronto, en mi opinión, eso sí.

Foto de Millesgärden de cosecha propia, con tratamiento digital de Jaime Seuma. Más fotos de nuestro viaje a Estocolmo aquí.

martes, 8 de julio de 2008

Regreso a Suzanne Vega

Suzanne Vega ha pasado por Barcelona para clausurar el Festival Únicas en el Palau de la Música. Presentaba su último álbum, Beauty & Crime, que como era de esperar (siempre nos gustan más los primeros discos de los cantantes que hemos oído de más jóvenes, nos suele dar la sensación de que con la edad han perdido fuerza e inspiración) no está a la altura de sus mejores canciones. Pero su voz sigue siendo increíble, tan aterciopelada y armoniosa como en sus comienzos hace 25 años, y solo por comprobar que no es un efecto de estudio (y por lo cara que se hace de ver) vale la pena rascarse el bolsillo (quizá tarde otros 19 años en volver).
La cantante combinó canciones del último disco con algunas de sus mejores melodías (o al menos las que más me gustan a mí); "Marlene on the Wall", "Penitent", "Small Blue Thing", "Left of Center"... Eso permitió comprobar que las letras de las nuevas canciones carecen, en gran medida, de la sofisticación de las de discos anteriores, aunque siguen estando muy bien escritas; pero no resultan tan misteriosas, poéticas y cautivadoras. Llevan su sello, en cualquier caso, y temas como "Pornographer's Dream" evocan el sonido de antaño. La acompañaban un par de músicos de calidad probablemente incuestionable, pero que aportaban demasiado "chumba-chumba" para mí gusto. Creo que una voz como la suya necesita su guitarra y poco más, o al menos arreglos más sutiles.
El Palau no estaba lleno (estamos en pleno Grec) pero había bastante público madurito que había ido (claramente) a oír la dichosa "Luka" (deberían hacer un estudio para ver cuánta gente entiende la letra) y "Tom's Dinner"... La concesión de cantar parte de "Luka" en español (hizo en su momento, debido al mega-éxito, una versión horripilante) seguramente fue bien intencionada; pero no se lo agradecimos quienes íbamos a oírle cantar sobre soldados y campos de batalla (una obsesión, lo de esta mujer, Freud tendría mucho que decir al respecto). Pero por más pegas que se le pueda poner, la verdad es que fue un placer retomar canciones que tenía bastante olvidadas y sumergirme de nuevo en su voz.
Más info. sobre Suzanne Vega en su página web.

domingo, 6 de julio de 2008

Grec 2008: "Troilus and Cressida"

La compañía de Declan Donnellan no falla una. Su nuevo espectáculo, tan atrevido y lúcido como de costumbre, se ha podido ver durante unos días en el Festival Grec de Barcelona. Se trata de la obra de Shakespeare Troilus and Cressida, que, a pesar de su título, tiene más de pacifista que de romántica. En ella, la guerra no es mítica, sino absurda, y el auténtico héroe, Héctor (el muy carismático David Caves), solo quiere luchar de forma limpia y por causas auténticas, a pesar de la corrupción que le rodea. Y así le va, claro.
Cheek by Jowl ha escogido, de nuevo, una obra poco representada (para ser de Shakespeare, se entiende) y considerada ambigua y difícil. Les van los retos. Y los viajes, algo muy de agradecer (es la segunda vez que los veo en Barcelona). Desde luego, sale uno maravillado (y milagrosamente ileso) tras haber resistido en primera fila en pleno fragor de la batalla; seducido por unos actores impecables y una puesta en escena tan impactante como las de anteriores montajes, con los sobrios diseños a cargo de Nick Ormerod (fundador de la compañía junto con Donnellan).